Esta semana pasada ha sido francamente demoledora, el jueves y el viernes, como todos los años, recorrimos el viejo camino hacia el fin del mundo, entre Santiago de Compostela y Fisterra, en una actividad que ha tenido, como otros años, momentos memorables. Es una pena que mis fuerzas no lleguen para recorrer el camino en bici, pero de copiloto de apoyo estoy como pez en el agua y bajo una buena organización, disfruté de grandes momentos mis ex-compañeros de trabajo y amigos ante todo. Dentro de este grupo hay gente de todas las edades y credos, pero todos tienen el fín común de disfrutar de la vida como si se fuera a acabar mañana y la juerga está totalmente garantizada. Son un ejemplo y un auténtico estimulo para seguir batallando.
El sábado, después de dormir unas cuantas horas (15) seguidas, comencé mis oraciones para que el
Sporting se salvara de una vez, que llevaba meses arrastrándose por los campos de España y no era capaz de meter un gol ni al arco iris, al final y soportados 90 minutos de sonrisas y lágrimas, lo logramos, como no empatando y gracias. Para esta ardua empresa conté con la colaboración de mujer e hijos y otro ex-compañero de trabajo, Guillermo, que aun entradito en años, es la imagen de alguien dispuesto a crecer sin perder ese toque de desparpajo de juventud y se le da realmente bien. Otro año mas en primera y van tres, parece que fue ayer cuando después de diez años "tragando", volvimos a primera, vaya día aquel, esta es una foto que relata la felicidad del momento, impresionante, tenía algo más de pelo y hasta podía saltar. Ya el domingo, seguía la peregrinación, esta vez delante de la televisión, esperando a que el compañero Alonso nos diera toda una lección de pilotaje, pero el Ferrari de este año parece un Fiat Punto pintado de rojo, o algo como este que encontramos en el centro de Santiago. Al final y tras una carrera soporífera un segundo puesto que no sabe nada mal, nos conformamos con poco. Todo en compañía de mi hermana, sobrinos y ahijada, total de personas en casa , ocho, nada intimidad absoluta. Por la tarde, ya tuvimos que decirles a muchos amigos que estábamos completos, la próxima semana será. Ya me fastidia no poder estar con todo el mundo que quiere verme, pero a este paso no duro dos días.
En fin, no tengo tiempo para aburrirme y eso está bien, aunque eche de menos los retos deportivos que antes afrontaba con pasión, ahora no soy jugador de campo, soy el entrenador del equipo y con ello me conformo si consigo enseñar algo a alguien. El fin de semana que viene también viene movido, pero que le vamos a hacer, soy un juerguistas profesional y luego que me quiten lo bailado.
Un saludo y gracias a todos por vuestras visitas y comentarios, tanto aquí como en facebook, ya somos muchos, haber hasta donde llegamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario